El mensaje de «Comida, no bombas» es simple y poderoso: nadie debería carecer de comida en un mundo tan ricamente provisto de tierra, sol e ingenio humano. Ninguna consideración monetaria, ninguna exigencia de beneficios debería interponerse entre nosotros y cualquier niño hambriento o mal alimentado, o cualquier adulto necesitado. Este slogan no requiere un complicado análisis. Esas tres palabras «lo dicen todo«. Indican inequívocamente el doble reto: alimentar inmediatamente a gente que carece de la comida adecuada, y reemplazar un sistema cuyas prioridades son el poder y el beneficio por otro que sí satisfaga las necesidades de todos los seres humanos. No es frecuente encontrar un libro que combine un amplio conocimiento con consejos prácticos, pero aquí encontramos una gran riqueza de ambas cosas. El libro da detalles concretos sobre cómo formar un grupo Comida No Bombas, cómo recoger comida, cómo prepararla (incluye estupendas recetas) y cómo distribuirla. – Howard Zinn –
Esta iniciativa, convertida en movimiento, surgió en los años 80 y continúa activa en algunos lugares del Estado español y del resto del mundo.